lunes, 30 de noviembre de 2009

Crónica del fin de semana

Cambio radical. Giro de 180º. En dos días he pasado de no tener trabajo y estar relatando mi triste situación en un blog de Internet a tener dos empleos, haber rechazado un tercero y tener un cuarto en la recámara a la espera de detalles.
Lo pensé: ¡Ay! ¡Como me contesten todos a la vez! Y eso es lo que ha pasado.
El jueves me llamaron para trabajar en Casa Tió cuatro días a la semana. De martes a viernes. Dos días hago de reponedor en el supermercado de carne y atiendo y ayudo al cliente en lo posible: todo el mundo quiere saber qué jamón es el bueno y que carne es la tierna. Algún día os contaré cómo se hace. Los otros dos días estoy en la sala de envasado, pero como aún no lo he probado no puedo decir nada al respecto.
El mismo día que empecé en la carne me llamaron del Club Náutico de Badalona, para trabajar de ayudante de cocina. La gente que han probado no funciona y soy el numero x en la lista de alternativas primeramente descartadas. Si, ayer era repudiado, hoy soy el elegido. Es un currete complementario que me ocupa las noches del viernes y del sábado. El viernes me acerqué a ver el local, conocer el recorrido de ida y vuelta al trabajo y la gente que serán mis jefes y compañeros. El sábado hice una prueba y la valoración global fue buena. Me gustan y les gusto... de momento... El trabajo está bien, el ritmo no es excesivamente agobiante (aunque tiene sus momentos), el jefe es buena gente y la cocinera me permite participar en el proceso creativo y hacer aportaciones y dar rienda suelta a mi instinto cocinillas. El sueldo no es una maravilla pero menos es nada y necesito urgentemente todo el dinero que pueda ingresar. Mañana ya veremos qué pasa, cuando vayan mejor las cosas a lo mejor les pido más dinero o me tomo los fines de semana libres o les cojo cariño y sigo currando por lo mismo simplemente para ahorrar un poco, que buena falta le hace a mis áridas cuentas bancarias. 
Da la casualidad de que la cocinera del Club es una antigua compañera de trabajo mía, la Lidia -hay que ver que cosas nos depara el destino- y la alegría del reencuentro ha sido mutua. Nos conocimos hace diez años trabajando juntos en el restaurante gallego "A Garrotxa".
Y bueno, aquí estoy, con los pies en la tierra. Después de doce años de ir de trabajo en trabajo, de mejorar casi sin descanso mi currículum y mis conocimientos técnicos y prácticos y con treinta años de edad regreso a la más baja escala laboral: reponedor de super y pinche de cocina, dos curros un poco "teenagers" pero que de momento me están sacando las castañas del fuego. He recibido una lección y he aprendido bien: no pienso renegar de lo que hago, ni avergonzarme ante nadie, ni quejarme.
Por cierto y ya por último, le quiero dedicar algunas líneas a algo que llegó a mis oídos:
El propósito de narrar mis pensamientos y mi día a día no es dar pena, he pedido ayuda, no limosna y estoy orgulloso de tener alguien con quien contar si necesito precisamente eso: AYUDA. Los que me tachan de "pobrecito"  y de "victimista" ya saben quien son, no pienso hacer escarnio público revelando sus nombres.
Creo que ni saben quién soy, ni me conocen realmente, ni merecen mi sonrisa cuando me los encuentre en cualquier acto familiar. Siento tristeza al saber de su naturaleza falsa, falta de juicio y envidiosa. Yo cuando tengo un problema pido auxilio, lo considero normal y no me avergüenzo. Opina lo que quieras, opínalo en mi cara cobarde, si tienes valor. 
Al resto buenas noches y salud, que sois una gente excelente. Guapas! Guapos! Un abrazo muy fuerte que os quiero un montón!

3 comentarios:

  1. Angel lo de empezar otra vez desde el escalon mas bajo tomatelo como un nuevo reto, que la vida esta llena de muchos!! Como ves soy un seguidor de tu blog jajaja. Solo decirte una cosa tio ANIMO ANIMO ANIMO. Un saludo

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  2. De verdad tio, consigues ponerme los pelos de punta cuando te leo...pero sólo por leer eh!!Que luego el Paco y la Vane se nos echaran encima!!
    Besos CAMPEÓN!!

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  3. buenas Ángel,

    Qué gracia me ha hecho lo del tema cárnico y los envasados. Hace dos años y medio que comencé a trabajar en algo muy similar en el Vendrell (donde vivo). Una sala de almacén y despiece de carne. Amargado por el encargado, me pasaba prácticamente las ocho horas envasando como un loco todo tipo de carnes; al principio todas me parecían iguales... . Y de pringao.

    Resumiendo: que el desgraciado del encargado que me hacía la vida imposible se fue (quedó a la altura del betún); un servidor, que se aprendió los nombrecitos del género cárnico, medidas de las bolsas, calidades, trazabilidad, sexo de los terneros, proveedores y otras hierbas, está hoy, un año después, haciendo labores comerciales, llevando la parte de exportación (vendemos a alemanes y holandeses -rodeado de gente que no sabe inglés, el mío es la hostia-) y cobrando 400 pavos más, coche y móvil. Y comisiones.

    Solamente relato esto para dejar costancia de que la vida, algunas veces, vindica al que lo ha pasado mal (créeme si te digo que el primer año y medio busqué trabajo como un loco "per escampar la boira"), antes de lo que nos imaginamos.

    Ni es mi profesión, ni lo buscaba (doy clases algunas tardes en un centro privado y estudio Antropología Social y Cultural a distancia, que me va más). Llegará el día que me vaya (tal vez me ofrezcan acciones en la empresa y me lo piense...), pero de momento, "que me quede como estoy...".

    Un abrazo, nen, y moltes felicitats que el que et ve, bé t'ho mereixes.

    Fsl

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