martes, 15 de diciembre de 2009

water can flow...



Fluyendo, como el agua... así me encuentro, así estoy.
De acuerdo, ya tengo trabajo, de hecho ahora soy pluriempleado, pero aún no he ganado ni la primera batalla. El estado de mis cuentas es desastroso: me han cortado la línea del teléfono móvil por no pagar y si no pago antes del día 21 me quitarán el número, no puedo llamar a mis amigos y familiares. Si saco el lado positivo de las cosas así descubro quién me llama y quién espera a que le llame. (...)
Des de "la Caixa" recibo cada día más presiones y amenazas de demanda si no resuelvo mi situación en el plazo que ellos marcan y de la manera que ellos quieren: firmando de nuevo un préstamo y refinanciando mis deudas. Los familiares que me prestaron dinero no me agobian, pero mi sentimiento de culpa y de responsabilidad está presente. Otros han optado directamente por donarme generosamente el dinero, sin esperar nada a cambio y sin exigir la devolución, aún así, cuando pueda intentaré devolvérselo. Resulta muy gratificante saber que cuento con gente así a mi lado.
Ya me voy adaptando a los trabajos. En Casa Tió están contentos conmigo y algunos responsables de departamento se me disputan para tenerme en su equipo gracias a mi interés por la faena y por mi habilidad técnica (perdón por la inmodestia). Estoy aprendiendo muchas cosas tanto en el envasado como en el súper y trabajando ahí ahorro algo en la compra de comida. También estoy conociendo a gente nueva: gente maja y gente... gentuza... pero bueno, eso es igual que en los demás sitios.
El otro trabajo, el del restaurante del Club Náutico de Badalona que por cierto, se llama El balcó del mar y al que estáis todos invitados a visitarme, va muy bien. Estoy muy contento con la gente, con la cocinera, con el jefe, con la camarera... la verdad es que desconecto bastante y la maratón de trabajo del viernes se me hace casi llevadera. Este fin de semana empiezan las cenas de empresa y las cenas de navidad. Para empezar tenemos dos mesas, una de 50 y otra de 20... ¡a ver cómo lo montamos! Me gusta por que al fin y al cabo no soy ni pinche ni ayudante, más bien me siento como un segundo cocinero. Aporto ideas de elaboración y de presentación de platos y se me escucha, se me valora y se me tiene en cuenta.
Las cosas tienen pinta de ir a mejor, solo tengo que tener habilidad para amansar y sujetar un poco más a mis acreedores mientras vuelvo a ingresar dinero. Señores, quiero pagarles... ¡esperen joder!

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