No hay laureles en los que dormirse cuando el mobbing está a la orden del día.
Primero tuve que dejar de lado mi formación profesional. Al poco de entrar a trabajar me llamaron para sacarme el carnet de carretillero gratuitamente a través de una subvención del Ayuntamiento de Montornès. Me dieron a elegir: quieres tener trabajo o el carnet de carretillero?
Otro día me puse malo en el trabajo, treinta y nueve de fiebre tras 13 horas de duro trabajo. Al bajar la faena se me ocurrió pedir si podía irme un poco antes, que me encontraba realmente mal. La contestación fue rotunda y literalmente la transcribo: "Vale, pero como no vengas mañana estás despedido".
El jueves pasado, tras las vacaciones de semana santa y aprovechando los días libres que tuve por medio decidí dejarme barba para dar un breve pero merecido descanso a mi piel. Puntualizo: la barba iba bien pulida, yo no iba desafeitado. "Esa barba aquí no, porqué a mi no me gusta. Son mis normas. Tú mismo."
Y entre medio de estas hubo muchas otras cosas que poco a poco fueron haciendo mella en mi integridad moral y personal.
Qué será lo próximo? Espero no darles tiempo a nada más. La maquinaria se ha puesto en marcha. Hay que huir de ese zulo de maltratadores de trabajadores. Aprovechados de la situación actual. Abusones, prepotentes... que con una llamada a la ETT tienen a siete personas nuevas e inocentes entrando por la puerta con ropa limpia sin saber donde y para qué o quién se disponen a trabajar.
He dedicado todo mi día libre a buscar otro empleo, que por lo menos aporte más dignidad a mi persona.
Aunque la cosa esté muy complicada no me rendiré fácilmente.
Qué asco de vida (laboral)!!
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