lunes, 18 de enero de 2010

La O con un canuto


Queridos amigos y amigas, seguidores del blog en general (si, me refiero a los tres) coged las pinzas porque el tema a tratar es delicado.
Es delicado porque es ilegal, al menos donde vivimos y de momento. Se trata de uno de los pequeños placeres de la vida, al menos desde mi punto de vista: gente, os presento al canuto.
El consumo de hachís debe hacerse desde la responsabilidad y la total conciencia sobre los efectos y repercusiones de lo que se hace. Ni hay que abusar de él consumiéndolo en grandes cantidades y con frecuencia, ni consumirlo en lugares públicos, ni tomarlo antes de conducir o de trabajar o de cualquier situación que pueda verse alterada por los efectos de la droga en nuestra persona. También es muy importante el respeto a las terceras personas: cuando alguien no fuma no se le ofrece, no hay que tentar a la gente, y si a alguien le molesta el humo o salimos al exterior o directamente no fumamos. Respetemos al vilipendiado fumador pasivo.
Esto me gustaría que quede muy claro: no pretendo hacer apología del consumo, ni propaganda. Respeto al que no fuma y le animo a seguir sin hacerlo. Fumar crea adicción y numerosas enfermedades, que nadie olvide esto. Mi única intención con este escrito es dar unas pautas básicas para el buen manejo y consumo del material, susceptibles a interpretación y abiertas a variantes según las costumbres y/o manías personales de cada individuo. Muy a mi pesar he observado a fumadores que llevan muchos años consumiendo hachís y aún no saben hacerse bien un porro... así que va por vosotros.
Para la elaboración de este "manual" tuve el placer de contar con la ayuda, la colaboración y los consejos de mi buen amigo Zoret (aunque yo le llame por su nombre de pila, su nombre artístico es este), según mi parecer un auténtico experto en el tema que puede ayudarnos a conocer mejor los entresijos de este asunto que tenemos sobre la mesa.

El Zoret es un gran amante de la cerveza, del hachís y del hip-hop. Además de un buen amigo...

Para empezar hablaremos de los ingredientes. Para hacer un porro necesitamos:

  • Tabaco de liar. Suele ser de mejor calidad que el que encontramos en los cigarrillos y es más cómodo de dosificar según nuestro apetito en cada momento.
  • Hachís de calidad. Debemos valorar sobretodo el color, el aroma, la frescura y la riqueza en resina. Hay costos más claros y más oscuros, según la variedad, informémonos antes de comprar, el olor debe ser agradable e intenso. La frescura la podemos comprobar clavando algo duro en la pieza, la misma uña nos sirve (y siempre la tenemos a mano ja, ja, ja). Cuanto más fresco mejor. Si el costo es fresco hincaremos la uña con relativa facilidad. Si por contra el costo está seco presentará grietas en el corte, dureza y se fragmentará cuando intentemos cortar la dosis. La riqueza en resina es importante, pues nos revela la pureza del hachís. Un costo bueno hierve con facilidad al acercarle una llama y presenta una textura maleable, en cambio un costo de mala calidad o le cuesta hervir, o lo hace con burbujas muy pequeñas y escasas o directamente no hierve, además de ofrecer una textura arenosa. Evidentemente esto varia según el momento del mercado y del lugar donde nos encontremos, pero en Catalunya, a fecha de hoy, un costo bueno lo podemos encontrar a partir de los 3-4€/gramo.
  • Papel de liar. Yo recomiendo altamente el papel transparente, es 100% celulosa por lo que no contiene el almidón del papel de arroz y la goma que hace de pegamento. Resulta notablemente más suave al paso del humo por la garganta.
  • Boquillas de filtro. También se pueden hacer de cartón o con el mismo tabaco, pero el filtro es más cómodo y limpio, es muy económico y nos protege un poco más de los efectos nocivos del tabaco.
  • Un mechero. Por todas sus características yo recomiendo los Clipper. Son cilíndricos para estirar la lámina de costo, son fácilmente desmontables y recargables tanto el gas como la piedra. La rosca se puede extraer para prensar el porro al final del liado. Es el mechero por excelencia de los fumadores de porros.
  • Un cenicero: la ceniza y las colillas NO se tiran ni al suelo, ni en el plato, ni en el vaso, ni por el balcón abajo, ni se entierran en la arena de la playa. El cenicero sirve para algo: úsenlo.
Para empezar debemos preparar el lugar donde se va a fumar, debe ser un lugar privado, tranquilo y ventilado. Hacer un submarino en un coche con las ventanillas cerradas no es precisamente un consumo responsable.
Nos colocamos en la superficie de trabajo (una mesa limpia, por ejemplo) y colocamos el material a mano. Sacamos la dosis de tabaco, la boquilla, el papel, el mechero y cortamos la dosis de hachís. NUNCA SE QUEMA DIRECTAMENTE DE LA PIEDRA, no calculamos bien la dosis y podemos pasarnos fácilmente, además de que deterioramos el costo que queda restante en la piedra.


Os pongo la foto para que os hagáis una idea del tamaño. En cualquier caso la dosis de hachís debe rondar el 5% con respecto a la cantidad de tabaco. Más cantidad dificultaría la combustión y haría que directamente quemáramos el costo sin haberlo disfrutado. Es mejor fumarse dos pequeños que uno grande.
Le damos calor al costo acercándole la llama durante breves segundos, 2-3 suelen ser suficientes y amasando con el mechero cilíndrico estiramos el costo hasta lograr una fina lámina.



Procedemos a colocar la lámina encima del tabaco que estará estirando haciendo un lecho y le acercamos la llama poco más de un segundo y le damos la vuelta con delicadeza. Luego aplicamos la llama otros tres, cuatro segundos, haciendo que el costo se caliente y hierva. Eso si, intentamos evitar que se requeme o que se inflame.


Ahora debemos actuar rápido antes de que el costo pierda temperatura, colocar tabaco encima y mezclarlo con la ayuda de los dedos, nunca con los dedos directamente, podemos quemarnos y le restamos propiedades al costo. La presión ejercida por los dedos debe ir gradualmente de mayor a menor. Al principio mezclamos con fuerza para homogeneizar hachís y tabaco y luego suavizamos el gesto para deshacer aglomerados facilitando así una buena combustión.


Con la mezcla hecha llega la hora de proceder a liar. Colocamos todo encima del papel y empezamos a rular con las manos dándole una forma cilíndrica y regular. Un ventaja de trabajar en casa y encima de una mesa es que podemos recuperar todo lo que se nos caiga mientras hacemos esta acción... y de paso ensuciamos menos. Colocaremos la boquilla medio salida mientras rulamos y así, al meterla hacia dentro prensaremos la parte final del porro.



 Con un hábil gesto de pulgar enganchamos el papel y cerramos el canuto humedeciéndolo en la parte final con saliva. Prensamos el tabaco con la rosca del mechero, pero lo justo, sin pasarse. Y ya tenemos el porro liado!



Ya está listo para fumar. Quemamos el papel restante y le damos llama directa. Mmmmmmm... la primera calada ya es nuestra.
Las caladas deben ser breves, pausadas y dilatadas en el tiempo, fumar con ansiedad no es bueno, acortará nuestro momento y quemará el material en vez de disfrutarlo.
Hay que tener en cuenta que cuanto mas avanza la combustión del porro más se notan los efectos nocivos del tabaco, por lo que es recomendable no apurar el canuto hasta el final de los finales. Tengan en cuenta también a la hora de fumar otros factores que pueden influir, si tenéis el estomago vacío, si habéis ingerido alcohol en exceso, si tenéis sueño o cansancio, si tenéis que hacer algo que requiera de concentración... ninguno de estos supuestos es propicio para el consumo del hachís.
Encontrad vuestro momento y disfrutadlo. Los momentos especiales no son cada día, ni están marcados en el calendario... los momentos especiales llegan por sí mismos. Fumar debe ser un placer, no una necesidad. En el momento que eso no pase pedid ayuda y consultad a un médico. La adicción destroza muchas vidas de familiares, amigos, compañeros y la de uno mismo. Si tienes ansia por fumar TIENES UN PROBLEMA, no esperes que un porro te solucione la vida porque no va a ser así, más al contrario.
Las cosas buenas de la vida se sirven en pequeñas dosis... y en este caso en muy pequeñas dosis, disfrutad responsablemente y tened cuidado.
Un saludo a todo el mundo. Gracias Marc.

Nota del autor: tras reunirme a posteriori con mi apreciado amigo para comentar la jugada, me pide que haga constar expresamente que él no es partidario de utilizar ni papel transparente ni tabaco de liar (que eso es cosa mía). Por decirlo de algún modo él pertenece a la vieja escuela, está orgulloso de serlo y no pretende cambiar: su opinión es que el sabor del porro es una trinidad indisoluble: papel de arroz, cigarrillo y hachís. Ahí queda eso. 



1 comentario:

  1. geniaaaaaaall!!!!!! eres un crak!!! seguiremos tu consejo!!! un abrazo

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